Los tatuajes en negro o blackwork, como su nombre lo indica, usan tinta negra para cubrir fragmentos de piel enteros con ese color. A su vez, mezclan este efecto “pintado de negro” con figuras geométricas complejas, centrándose en el flujo del diseño y del cuerpo. Algunos lo llaman neotribal porque muchas veces toman figuras tradicionales polinesias y las mezclan con artes visuales, más modernas.
Este estilo se puso de moda en los últimos años y es una buena alternativa para quienes quieran taparse un tatuaje que ya no les guste tanto (como hizo Candelaria Tinelli).
2. Geométricos
Otro de los estilos que se puso de moda últimamente. Suelen ser negros pero también se puede usar color: lo más importante es la forma. Se realizan con líneas y formas geométricas limpias y simples. Los dibujos tienen influencia de culturas indígenas, espirituales y tribales, patrones de la naturaleza y la ciencia, formas arquitectónicas y símbolos con raíces en la alquimia (algunos ejemplos comunes: triángulos, lunas, el símbolo de la piedra filosofal y flechas).
3. Dotwork o puntillismo
Los tatuajes de puntillismo son imágenes creadas con miles de pequeños puntos tatuados en las zonas en las que normalmente se usaría sombra o bloques de color. Mayormente se hacen con tinta negra o gris, aunque pueden incluir algo de color.
Requieren mucha paciencia, talento y precisión porque hacerlos lleva mucho tiempo. Entre las temáticas o conceptos más comunes dentro de este estilo están la geometría y los retratos. Esta técnica es muy elegida para tatuajes religiosos y espirituales (como los mandalas, por ejemplo).
Si bien es una técnica que empezó a cobrar fuerza entre los tatuajes hace poco, está claramente inspirada en el estilo pictórico del puntillismo, que brotó a fines del siglo XIX en Francia a cargo del pintor Georges Seurat.
4. Trash Polka
Este estilo creado en el 2014 por Buena Vista Tattoo en Alemania de la mano de Simone Plaff y Volko Merschky, fue definido por ellos mismos como una mezcla de “realismo y basura”: lo natural y lo abstracto, el pasado y el futuro. Básicamente es una mezcla de contrastes en armonía.
Este dinámico collage combina formas geométricas, manchas de pintura, siluetas o retratos, espacios vacíos formando figuras, brochazos, líneas sueltas y letras, siempre contrastando el negro y el rojo. Orden y desorden, realismo y manchones si sentido hacen que estos originales tatuajes tengan mucho impacto (está pensado para eso, así que si buscás un tatuaje chiquito y delicado, esto no es para vos).
5. Realismo fotográfico o hiperrealismo
¿Cómo saber si un tatuaje de estos está bien hecho? Porque parece una foto, es decir, se asemeja lo más posible a la realidad. Para lograr esta técnica los tatuadores pasan muchas horas elaborando el tatuaje en la piel de la persona porque dividen la creación en varias sesiones largas y muchas veces tienen que volver a tatuar zonas que ya fueron pintadas para difuminar y darle varias tonalidades y profundidad.
Estos son los tatuajes en los que se usan más tipos de agujas diferentes y cada una cumple una función específica: para dar sombra, trabajar los contornos y los bordes o para rellenar o colorear la piel a gran escala.
6. Realismo abstracto o surrealismo
Uno de los mayores exponentes de este estilo es Charles Huurman, fundador de Utopian Tattoo Tribe. De hecho, el término “realismo abstracto” aplicado a los tatuajes surgió durante una entrevista realizada a Charles para la revista INKED Magazine en el 2013 donde le preguntaban por el estilo de sus trabajos. Al no poder encontrar un término ya establecido que encajara, decidió referirse a ellos con un término ya utilizado en el lenguaje de las Bellas Artes pero nunca antes aplicado para definir tatuajes.
El realismo abstracto combina la fuerza que transmiten las líneas, los colores y las texturas del arte abstracto con la perfección del hiperrealismo. Este estilo se inspira en la corriente artística que acuñó el término y los lineamientos de su práctica en la primera mitad del siglo XX. Las imágenes plasmadas buscan situarse a medio camino entre la realidad y la fantasía, el mundo consciente y el de los sueños.
7. Acuarela o Watercolor
Nos cansamos de ver este estilo en los últimos años. Este tipo de diseños parecen hechos con un pincel más que con una aguja. Se caracterizan por sus colores y la forma en que están plasmados en la piel: fusionados de manera “acuosa”, mostrando la transparencia clásica de las acuarelas.
Es importante que si te querés hacer un tatuaje de este estilo, busques un artista que se especialice en watercolor porque no es una técnica fácil de lograr. También es importante prestarle atención a la calidad de las tintas. Claro que estos consejos son válidos para cualquier tatuaje, pero como el watercolor juega con las transparencias y no está delimitado por líneas negras definidas, tiende a desvanecerse con el tiempo más fácilmente que otro tipo de trabajos.
8. Old School o tradicional americano
Norman Collins (conocido como Sailor Jerry) tiene fama de ser el primer tatuador occidental en aprender de los grandes maestros japoneses de la disciplina. La técnica combina colores vívidos e iconografía cercana al mundo de los marineros (anclas, barcos, botellas de licor, sirenas, golondrinas, etc.) o con el imaginario estadounidense (águilas americanas, cherokees, etc.), aunque no exclusivamente.
Esta técnica sigue reglas estrictas de diseño que la hacen fácilmente identificable: una paleta de colores limitada pero con tonos vivos (negro, rojo, amarillo, etc.), líneas negras gruesas, precisión inmaculada e imágenes nítidas bidimensionales.

9. Neotradicional
Como el nombre lo indica, los tatuajes neotradicionales son una versión moderna de los old school. Considerando que estos últimos alcanzaron su mayor popularidad en los años 50, es natural que los artistas modernos aporten nuevas técnicas y perspectivas al género. Este estilo es leal a su predecesor en muchos aspectos como los colores vivos y las líneas gruesas negras. Sin embargo, suma mayor tridimensionalidad gracias a los degradados, tinta blanca y de otros colores e incluye diseños que no necesariamente están vinculados a temáticas tradicionales.
10. New School o nueva escuela
Si los tatuajes tradicionales están en un extremo, los new school están en el otro. Este estilo tiene colores brillantes en una gama de variedad amplísima (una cachetada de color, bah), mucho contraste, degradados, sombras y efectos de volumen. Su inspiración principal es la estética graffiti. Entre sus diseños destaca lo contemporáneo y fantástico. Sin embargo, usan las líneas gruesas negras para delimitar los diseños como en el old school (si no estuvieran, serían tatuajes “full color”, no nueva escuela).
11. Irezumi o tradicional japonés
Los tatuajes japoneses con fines decorativos inician en el período Yayoi (300 a. C.-300 d. C.) y en el periodo Kofun (250–538 d. C.) empiezan a tener una connotación negativa. En el período Edo (1600–1868) comenzó a desarrollarse hacia el avanzado arte que conocemos hoy.
En los comienzos del período Meiji, el gobierno japonés marginó los tatuajes para proteger su imagen y dar una buena impresión a Occidente, condenándolos así a la clandestinidad. Los tatuajes fueron legalizados en 1945, pero mantuvieron su imagen de criminalidad. Durante muchos años, los tatuajes tradicionales japoneses fueron asociados a la Yakuza, la mafia más famosa de Japón y en muchos lugares como baños públicos o gimnasios todavía tienen prohibida la entrada a clientes tatuados.
Aunque el Irezumi “posta” cubre casi todo el cuerpo, tatuadores de todo el mundo tomaron este estilo para cubrir solo algunas partes (por ejemplo una manga completa o la espalda). Están compuestos por muchos detalles, colores y, como vienen de una tradición tan rica históricamente, tienen reglas muy estrictas, como tatuar las representaciones de Buda sólo por encima de la cintura y combinar ciertos animales con determinadas flores. Los diseños más comunes incluyen peces koi, flores de loto, dragones y otras figuras tradicionales con un significado espiritual muy profundo.
12. Celta y maorí/polinesios
Si bien son tatuajes con orígenes distintos, se enmacan denro de lo denominado “tribal”. Unas de las más viejas formas de tatuajes se originaron en las culturas polinesias, una forma de arte espiritual practicada en islas como Nueva Zelanda, Hawaii y Samoa. Los tatuajes eran usados para contar la historia de la persona con símbolos geométricos y patrones que tenían significados específicos aunque no hay información 100% fidedigna (los simbolismos que se conocen hoy son interpretaciones históricas o suposiciones). Los clanes de la Polinesia son muy reservados en cuanto al simbolismo de su arte que tiene mucho que ver con cuestiones religiosas, filosóficas y culturales, así que en occidente básicamente se hacen solo con fines estéticos.
Por su parte, los tatuajes celtas también están asociados a distintas épocas antiguas y a civilizaciones o pueblos que guardan cierta relación pero que son diferentes entre sí. Al igual que los diseños maoríes, los celtas suelen ser abstractos, cargados de líneas negras gruesas, ampliamente decorados y predominantemente con formas geométricas y tienen la particularidad de incluir dibujos entrelazados.
13. Bosquejo
Al igual que el watercolor, este estilo es una tendencia contemporánea inspirada en el arte en papel. En este caso, hace ver un tatuaje como si fuera un borrador, una obra no terminada o un boceto. Simula ser un dibujo sacado del cuaderno de un artista, en los que es usual que una imagen esté rodeada de las líneas guía que ayudaron a trazarla o que esté coloreada a medias, como a veces también ocurre con tatuajes de este tipo.
14. Ilustración
Cuando Alien, la película de Ridley Scott de 1979 llegó a los cines, la gente quedó fascinada con su estética. De hecho, el diseño de alien movió tanto el piso que inspiró una nueva forma de tatuaje: biomecánico. Los tatuadores crean imágenes que combinan anatomía real humana con maquinaria que funciona adentro del cuerpo, en una cruza entre la tecnología y la naturaleza: la fusión de pistones metálicos con tendones y músculos.